El movimiento de los “Happyshifters”

talento nio

El happyshifter, traducido al español “transformador feliz”, es una nueva tendencia dentro del mundo laboral, donde los ejecutivos priorizan la felicidad en el trabajo y esto representa un fuerte desafío para las empresas. Buscan su propia autorrealización, un buen ambiente laboral y tienden a tener una personalidad optimista, emprendedora y nada conformista. Son personas que se conocen muy bien a sí mismos, con capacidad de elegir objetivos a largo plazo, sacrificando en muchas ocasiones tiempo e ingresos económicos; por tanto son personas capaces de reinventar su futuro, protagonistas indiscutibles de su propia vida y que toman el control de ésta para así lograr la felicidad plena.

La expresión “Happyshifting” genera un nuevo movimiento en el mundo laboral donde el trabajo no es un sacrificio para los profesionales, sino más bien todo lo contrario. En la actualidad, la mayoría de los happyshifters son aquellos que tienen muy integrado el concepto de libertad, los jóvenes. Son éstos los que no se comprometen con una compañía en particular, sino que lo hacen con un trabajo cuyo cargo implica el desarrollo de un proyecto. Son ni más ni menos los nuevos profesionales del S.XXI, jóvenes entusiastas y emprendedores que no se resignan a pasar ocho horas diarias en un puesto que no les aporta nada y cuyo objetivo principal es buscar la felicidad porque están convencidos que esa es la clave que les conducirá al éxito.

Este concepto se impone con mucha fuerza en la “generación Y”, es decir, jóvenes nacidos en la década de los 80 y 90, que tienen una visión diferente 
del trabajo y que se vinculan de una manera diferente con la empresa. En concreto, los aspectos más valorados por ellos son el buen ambiente de trabajo, una buena acogida e integración en la empresa, la confianza con los jefes inmediatos, el respeto y el orgullo de pertenencia. Además buscan su propio desarrollo profesional y le dan una importancia relevante al ocio y al tiempo libre, estos emprendedores entienden el buen desempeño y la productividad como el cumplimiento de los objetivos, no como horas trabajadas en la oficina.

Según los expertos, los happyshifters se niegan a pasar largas jornadas de trabajo fuera de sus casas y de su entorno, y ni siquiera un salario alto les motiva; pero no debemos confundir ser un happyshifter con hacer lo que se quiera para ser feliz en el trabajo, el bienestar que estos profesionales buscan tiene que ver más con la conciliación de la vida personal y profesional, donde puedan dedicar tiempo a su familia y amigos sin necesidad de vivir para trabajar.

“La felicidad no es un destino al que se llega, sino la forma en la que uno viaja durante la vida”.

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Nadie duda que el talento es uno de los mecanismos de diferenciación de las empresas en el actual escenario económico. Retener, por lo tanto, es clave. Eso sí, ya no vale intentarlo a través de los clásicos esfuerzos como el aumento de sueldo, y las organizaciones están en busca de iniciativas que les permitan diferenciase del resto. Esto, mediante programas de Onboarding, que se caracterizan por ser más extensos y profundos.

Si bien aún se lleva a cabo la conocida inducción -donde se le da a conocer la empresa a grandes rasgos al recién ingresado- se comenzó a profundizar todavía más con aquellos jóvenes ejecutivos que por primera vez llegaban y que presentaban altas posibilidades de ascender a rangos directivos. Ya no sólo se trata de entrenarlos de forma superficial, sino que intentar retenerlos por medio de un sistema que contempla participación en talleres y mesas redondas, presentación de los jefes de las áreas, y capacitación.

En general, se trata de iniciativas que llevan bastante tiempo implementándose, pero que varían en su profundización. En algunos los que ingresan a la compañía participan en este programa, en que varía el contenido según el cargo que desempeñarán, donde se les da a conocer la cultura de la empresa, visión, misión y valores.

Los beneficios que tiene un excelente programa de Onboarding, es el tener un colaborador que puede desempeñar al 100% su trabajo, desarrollando su potencial desde el inicio del trabajo, lo cual te lleva a tener un empleado altamente motivado que produce excelentes resultados.

Se afirma que durante los primeros 90 días de trabajo de un profesional se puede sembrar, por decirlo así, la semilla de la retención. Lo cual es clave para asegurar que la persona se comprometa con la organización. Incluso, varios estudios afirman que el primer año es crucial, pues 86% de los empleados decide durante los primeros seis meses dejar o no la compañía.

El beneficio es que la persona a lo largo del proceso termina incorporando aspectos culturales de la organización, que luego van internacionalizando a medida que desarrollan su carrera profesional.

Pero no en todas las empresas aprovechan este periodo, que vale tanto si se trata de una movilidad interna como externa. Así lo constató SommerGroup® International Search mediante un sondeo a 111 ejecutivos, con el objeto de conocer qué clase de apoyo han recibido los profesionales al ser promovidos o al asumir un puesto en una nueva empresa. Se concluyó que 78% de los ejecutivos declaró no haber recibido un apoyo planificado al asumir un nuevo cargo. Los encuestados se mostraron más pesimistas: 40% afirmó que fue deficiente y 38% regular, mientras que 16% dijo que fue bueno y 6% excelente.

“El Onboarding permite comprender que la transición va más allá de la habitual inducción. Contempla un proceso en el que se requiere abordar de manera planificada y customizada una serie de variables, sin asumir supuestos de éxito, y porque el contexto, es decir, la cultura, situación del equipo, stakeholders, estilos de liderazgos, nivel de relacionamiento, entre otros, serán probablemente muy nuevos”, explica Paulina Del Rio, directora de Onboarding de SommerGroup®.

http://bit.ly/NHr6nz América Economía

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