La batalla por la presencialidad se ha perdido.

El formato remoto o híbrido se instaló con fuerza en nuestro mercado laboral. Y con ello, desembarca una nueva dificultad por sortear: la incorporación de los nuevos talentos a una empresa a través de una pantalla.

El proceso de incorporación de un nuevo ejecutivo a una empresa tiene varias aristas y complejidades sin el contacto “personal”. Tanto para el profesional nuevo que se incorpora, como para la misma empresa, hay una serie de elementos que ambos deben ceder para que sea exitoso y rápido. Por una parte, los ejecutivos deben empaparse de la cultura, absorber prontamente los códigos internos y demostrar sus habilidades; y por otro lado, la empresa debe ser capaz de transmitir su sello y estilo de manera digital.

¿Es más complejo hoy? Definitivamente sí.

Antes de la pandemia, todo el desembarco de un nuevo profesional, era de manera presencial en el cual el Ejecutivo abordaba el proceso de inducción observando a compañeros de trabajo, consultando a sus pares, captando el ambiente, etc. Hoy, además del kit de bienvenida con las indicaciones fundamentales de conexión, de sus stakeholders y de las herramientas propias de cada cargo para cada empresa, los ejecutivos que inician una incorporación deben ser totalmente autónomos y autogestionados respecto a su nuevo trabajo, ya que no tendrán una persona que lo acompañe todo el tiempo.

Anteriormente se les asignaba un tiempo para que fueran descubriendo cómo funcionaba la empresa y todos los procesos de aprendizaje fueran con un guía o jefatura. Hoy en formato remoto ya no es posible.

En este nuevo escenario, te compartirnos 3 claves para que el proceso de onboarding sea más eficiente:

1.     Estructurar uno mismo un plan de entrada. Entender los objetivos más relevantes y resultados esperados para el cargo es clave. De utilidad es
hacer un listado con todo lo que necesitas saber, dónde acceder a la información y cómo canalizar las inquietudes. Debes estar dispuesto a preguntar así como la empresa a responder las inquietudes.

2. Tener mucha prudencia con los lenguajes y códigos de comunicación y entender las formalidades y protocolos internos. Ser flexible para integrarse de una manera ágil y rápida. Las relaciones humanas por cierto que son más efectivas en persona, pero utilizando en forma eficiente la tecnología la programación de este proceso puede ser igual de exitosa.

3. Identificar oportunidades de victorias rápidas que permitan acelerar la validación en el cargo. Ejecutar iniciativas de bajo costo o complejidad pero con alto impacto, puede hacer toda la diferencia al momento de asumir una nueva posición.

El no estar presente resta mucha información del proceso de incorporación a un nuevo trabajo, por lo que hay que estructurarse para agilizar la inducción, la lectura y adaptación a la nueva cultura, para así poder generar los resultados esperados.